La rubita Allie estaba desesperada en la oficina de préstamos. Necesitaba dinero y, aunque no era apta, captó la atención del gerente debido a su trabajo de bailarina en un club de strippers. Él le propuso grabar sus tetas a cambio de dinero. Eso no era problema, pero él fué más allá y le pidió sexo. Su polla entró rápido en su boca y la chupó como un dulce. Cuando él le dio la vuelta y la penetró, ella empezó a gemir… y notó que todo estaba siendo grabado...